domingo, 31 de enero de 2010

Especial Sangre y hermanos - Primer Duelo de Sangre

Le oí decir una sola palabra, y todo lo que siguió fue un insoportable calor. Noté como las otras bestias menores se refugiaban como niños en la protección que les ofrecía la oscuridad. En el fondo me reí de ellas, deseando que se abrasaran en las oscuras llamas que Taliesin arrojó sobre el cuerpo de Magnus. No eran dignas siquiera de contemplarnos o admirarnos. Nunca hubiera pensado que aquel al que llamaba hermano tuviera semejante poder y, por primera vez desde que habíamos abandonado juntos el seno de nuestra madre, me inspiró miedo.